¿Cómo puede la ropa cambiar la industria agrícola? El caso Patagonia

Patagonia, la empresa de ropa outdoors que tiene por objetivo ser carbono neutral en el 2025, apuesta por la Agricultura Orgánica Regenerativa.

La agricultura convencional aporta una cuarta parte de los gases de efecto invernadero totales del mundo, erosiona la capa superficial del suelo, genera escorrentías tóxicas y daña la salud. La agricultura depende de fertilizantes sintéticos, pesticidas y fungicidas para aumentar la producción de alimentos. A menudo sigue un modelo de fábrica, con vastas extensiones de tierra que producen cultivos únicos y animales criados en jaulas y corrales de engorde.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, si seguimos cultivando de esta manera, la capa superior del suelo del mundo, que produce casi todos nuestros alimentos, desaparecerá en 60 años. Una situación alarmante.

¿Cómo puede la industria textil generar un impacto significativo en la agricultura? Se trata de dos tipos de industrias estrechamente relacionadas. Las camisetas y los jeans están hechos de algodón cultivado en un campo. Los suéteres de lana esquilada provienen de ovejas pastando en un campo. Las pieles de vacas para bolsos generalmente se obtienen de granjas. La industria textil es la segunda más contaminante a nivel global; contribuye con hasta el 10% de la contaminación que impulsa la crisis climática.

Para alcanzar los objetivos establecidos por el Acuerdo Climático de París, en particular el de cero emisiones netas de carbono para 2050, tanto la agricultura como la industria textil -es difícil pensar en un verdadero éxito ambiental si cada una trabaja por separado- deben detener dicha contaminación y reducir el carbono que ya se encuentra en el aire. Una batalla que Patagonia ha decidido afrontar desde su ámbito: el de la ropa.

La marca outdoors con sede en Ventura, California, tomó la decisión de apostar desde 1996 exclusivamente por el algodón orgánico en su línea de ropa y equipo. A partir del 2017 han llevado sus esfuerzos agrícolas aún más lejos con una prueba para cultivar algodón utilizando prácticas orgánicas regenerativas en más de 550 granjas de pequeña escala para ropa y equipo.

También está apoyando a los productores de algodón regenerativo con un programa piloto en India que comenzó en 2018 con 165 agricultores en 170 ha. Este año, involucra a 2,260 agricultores en 2,123 ha. Y, desde 2012, lanzaron Patagonia Provisions, una línea de alimentos enfocada en productos obtenidos de formas innovadoras que beneficien y regeneren el planeta.

Su objetivo es alcanzar la Certificación Orgánica Regenerativa en toda su producción a medida que avance el programa piloto en los próximos años.

Es cierto que la transición de la agricultura convencional a la orgánica regenerativa es costosa y requiere mucho tiempo. Para alcanzar la certificación, deben pasar al menos tres años a partir de la última aplicación de un material prohibido, como fertilizantes químicos y pesticidas. Sólo entonces los agricultores pueden construir su nuevo sistema regenerativo.

Pero, ¿cuál es el milagro de la Agricultura Orgánica Regenerativa? Este tipo de agricultura parte de un hecho: no trabajar en la naturaleza, sino junto con la naturaleza. Se trata de un método holístico que aumenta los recursos naturales, en vez de agotarlos. En términos generales, se crean suelos sanos a través de la composta y los cultivos de cobertura, se minimiza la siembra directa y se rotan los animales de pastoreo. Con esto, los cultivos de cobertura capturan naturalmente el carbono en nuestra atmósfera y lo almacenan, a través de sus raíces, en la tierra.

El carbono alimenta el suelo y lo ayuda a retener el agua; a su vez, las plantas crecen mejor y hay menos erosión y sequía del suelo. En 2014, investigadores del Instituto Rodale estimaron que si las tierras de cultivo actuales cambiaran a prácticas orgánicas regenerativas, el 100% de las emisiones anuales de CO2 a nivel global quedarían secuestradas en el suelo.

Patagonia parte de un hecho: toda la vida en la tierra está en peligro de extinción. Por ello, su objetivo es utilizar los recursos que tiene -su negocio, sus inversiones, su voz y su imaginación- para hacer algo al respecto. Su apuesta por la Agricultura Orgánica Regenerativa se inscribe en las acciones ambientales que lleva a cabo a nivel global; entre ellas, dona el 1% de sus ventas a apoyar el trabajo de ONGs que responden a causas ambientales; el 83% de su línea tiene
Certificación Comercio Justo y para el 2025 buscan que su lo sea en un 100%; el 68% de sus telas de 2020 están hechas con materiales reciclados, y el 85% del poliéster es también reciclado; con su programa Worn Wear repararon y alargaron la vida útil de 71,000 prendas sólo en el 2020.