Convencimiento no es consentimiento: la diferencia entre sí y ¡sí!, y el derecho a decir no

Una encuesta reveló que el 9.5% mujeres con parejas masculinas prefiere acceder a tener relaciones sexuales, que discutir con su pareja por no querer tenerlas.

Platanomelón ha mostrado resultados impactantes sobre una investigación que ha llevado a cabo de la mano de Paulina Millán Álvarez, psicóloga y sexóloga, directora de investigación en el Instituto Mexicano de Sexología. 

El estudio sobre Educación Sexual de Platanomelón realizado entre su comunidad digital de más de 4 millones de personas a nivel mundial, dejó ver algunos datos importantes como que los 17 y 18 años es la edad promedio en la que lxs mexicanxs iniciaron su vida sexual, y que sólo el 11% aprendió sobre sexualidad en la escuela, 5% en casa y el 35% en internet. 

Asimismo, ante la pregunta abierta: “¿Qué te hubiera gustado saber antes de iniciar tu vida sexual?”, las respuestas se encaminaron hacia la importancia de la comunicación, los límites y el consenso; el derecho a decir “no”. 

“La palabra consenso siempre ha existido, pero apenas se empieza a educar al respecto y las personas están tomando consciencia de lo que es y lo que realmente implica”, señaló Paulina. 

En los últimos años, sobre todo desde el movimiento #MeToo, se ha visibilizado que el consenso es importante, necesario y esencial para las relaciones sexuales. A partir de este estudio, Paulina ha compartido algunos aspectos importantes sobre el consentimiento que debemos tener en cuenta, dialogar y visibilizar en todos nuestros entornos, tomando como base la investigación impulsada por Platanomelón: 

  • El consenso es para todo el mundo

Todavía hay una creencia de que el consenso es femenino y no masculino, que a ellas hay que convencerlas y que ellos no pueden decir que no. Los estereotipos castigan a los hombres y a las mujeres. Además, tampoco se enseña a lidiar con la negativa ante la propuesta de una relación sexual. 

Todas las personas tienen derecho a decir que no sin ser juzgadxs, sin tener que ser convencidxs y sin sentirse culpables por ello. 

  • La diferencia entre un sí y un sí entusiasta

Según Paulina, y el equipo de Platanomelón y sus expertxs, aún no se ha investigado si la primera relación sexual de muchas personas es el resultado del convencimiento o del consentimiento. La diferencia radica en un sí y un sí entusiasta. La diferencia entre los síes es que hay un sí para que se deje de molestar, presionado o vinculado a lo que se espera que pase. El sí entusiasta está ligado a la libertad de elección, al placer de cada persona y al derecho de decidir sobre él. 

  • Convencimiento no es consentimiento

“Cuando he explorado esto con algunas personas me he dado cuenta de que muchas primeras relaciones sexuales no surgieron desde el consentimiento auténtico”. 

De acuerdo con la especialista, lo primero que se tendría que hacer es preguntarnos por qué o para qué tenemos relaciones sexuales y en la respuesta está todo lo que tenemos que saber. Además de entablar un escenario de constante comunicación y confianza tanto con la pareja como con personas cercanas y de confianza. 

En otra encuesta que ella realizó en 970 mujeres de toda la República Mexicana que tenían parejas masculinas, el 9.5% mencionó: “Prefiero acceder a tener relaciones sexuales, que discutir con mi pareja por no querer tenerlas”.

  • La importancia de hablar del consenso en edades tempranas

El consentimiento explicado hace toda la diferencia, pero en adultxs hablar de esto también requiere reacomodar toda la estructura de lo que piensan sobre ser niño y niña, la especialista explicó que constantemente les enseñamos a pasar los propios límites, por ejemplo al obligarlos a recibir esos abrazos de la tía que “aprieta” o a saludar de beso cuando ya han expresado que no les gusta. 

Los papás y mamás necesitan comprender que obligar a las personas a pasar sobre sus propios límites es algo que maleduca a la gente, porque terminas apagando la vocecita que dice: “esto no me está gustando, aquí no me siento segurx”. 

La investigación de Platanomelón también arrojó que a las personas les habría gustado saber que la sexualidad no es mala y que no debe ser fuente de vergüenza o culpa: “Esto está intrínsecamente ligado, la información nos permite dejar de ver el sexo como moneda de cambio o algo que tengo que hacer por obligación, y cambiamos la perspectiva hacia el derecho al placer, desmitificando y rompiendo tabúes que atraviesan estos temas. No podemos hablar de consenso en la sexualidad si no podemos hablar de sexualidad. Ahí radica la importancia de amplificar y difundir la educación en este tema”, concluyó Millán.