¿Alguna vez te has preguntando qué tan bueno o malo es comenzar una rutina sin supervisión o copiar lo que otras personas hacen?

Actualmente muchas personas empiezan una actividad deportiva por curiosidad , mejorar su salud o diversión, cualquier motivo es bueno, sin embargo, esto no quiere decir que ignoremos que existen pasos a seguir para llevarla acabo.

Por eso es importante saber que al iniciar una actividad física debemos realizarnos diversos estudios (biológico, cardiovascular, dental, antropométrico) y con base en los resultados tener un diagnóstico de nuestro estado de salud y así, poder iniciar un plan de entrenamiento; el tener un mal estado bucal puede influir negativamente en nuestro rendimiento deportivo, por ejemplo.

Posterior a esto, debemos determinar objetivos a corto, mediano y largo plazo. Un objetivo, es definir el qué, cuándo, cómo, dónde y para qué, el cual nos situará en el aquí y ahora, facilitando la planificación y desarrollo del proceso de entrenamiento. De nada sirve querer algo si no definimos cómo lo vamos a lograr y menos si no establecemos un tiempo determinado para lograrlo.

Lo anterior nos lleva a planear y elegir de manera inteligente en qué carreras y/o competencias vamos a participar durante el año (dependerá del deporte que practiques y los eventos que haya del mismo), una vez definidas se hará el plan de entrenamiento, el cuál es la parte más importante ya que es el PUENTE entre el presente y futuro; son las tareas concretas que se tienen que hacer para cumplir los objetivos. Consideremos que se pueden tener varias competencias o carreras durante el año, el plan de entrenamiento estará diseñado y adaptado a ellas.

Una vez que se tiene el plan, se prosigue a la ejecución del entrenamiento y las competencias; esto se refiere a la puesta en marcha del plan de entrenamiento en el que habrá días o sesiones de desarrollo de la base aeróbica, fuerza, potencia y de descanso. Es importante conocer el objetivo y características de cada sesión ya que, psicológicamente, nos preparara para la fatiga que vamos a sentir durante y después de la sesión. El entrenador tiene la responsabilidad de mostrarte el plan de trabajo que diseñó para ti y te explique en qué consiste cada fase y sesión.

Por último, para saber si el entrenamiento realmente está funcionado, se realiza una evaluación a través de diferentes pruebas que indicarán si hay mejoría en nuestras capacidades y con base en los resultados se modifican las cargas de entrenamiento, ya sea volumen o intensidad del ejercicio.
Así mismo, se evalúan las competencias en las que ha participado para localizar áreas de oportunidad a mejorar y mantener aquellas que fueron favorables para futuras competencias.

La planificación es esencial para desarrollar, mejorar y potencializar nuestras capacidades. No obstante, no olvidemos que es un proceso y existen pasos a seguir (de menos a más) y saltarnos alguno podría lesionarnos y retrasar el proceso.

Con esto podremos evitar seguir o imitar lo que vemos que hacen, comen y compran otras personas en redes sociales, o que por tener buen físico , ser “influencer”, o tener un curso te hacen experto en el tema. Cada camino es distinto y no porque vemos que les “funciona” me va a funcionar igual a mi, ya que todos somos diferentes. Sin embargo, la información es poder, así que leamos, informémonos y seamos críticos de lo que vemos y vayamos con personas que tengan conocimiento sobre el tema.

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