Detecta posibles alteraciones de alineación dental según tu tipo de mordida
Identificar estos inconvenientes te evitará dificultad del habla, caries, enfermedades en encías, pérdida dientes, apnea del sueño y hasta cambios de expresión facial.
La maloclusión o mordida desalineada se presenta cuando los dientes no encajan bien al cierre de la mandíbula y origina dificultad para masticar alimentos. Esto es causa de complejidades en el habla, respiración, dolores frecuentes en cuello, mandíbula y cabeza. ¿Lo sabías?
La oclusión o forma adecuada de encajar las piezas dentales se caracteriza por dientes superiores que se ajustan sobre los inferiores como piezas de rompecabeza, coincidiendo o encajando perfectamente entre sí, describe la empresa mexicana de alineadores invisibles fits Smile. Cuando tu mordida no se ajusta, es necesario que te sometas a tratamientos con alineadores invisibles, ortodoncia lingual o brackets según la complejidad de tu caso.
Los especialistas en ortodoncia distinguen al menos cuatro tipos de maloclusión como son la mordida abierta, la sobremordida, la mordida cruzada y el apiñamiento entre los más comunes. Hoy describimos estos problemas para que identifiques si tu actual forma de morder coincide con alguno de ellos y actúes a tiempo para corregirlos, ya que además de afectar la apariencia de tu sonrisa, a la larga pueden perjudicar tu escucha y equilibrio de acuerdo con expertos de Neurología.com.
Mordida abierta anterior. Al morder, no logras emparejar tus dientes frontales superiores con los inferiores, haciendo un efecto como si los primeros quedaran flotando. Sus causas son un desequilibrio óseo heredado, pero también por hábitos como el uso prolongado de chupones y/o succión del pulgar en la niñez, así como la presión de la lengua contra los dientes frontales por ansiedad.
Mordida abierta posterior. Tus dientes frontales logran tocarse de manera pareja, pero los de atrás no coinciden dejando un espacio entre ellos.
Sobremordida. Tu arcada superior sobrepasa en más de la mitad la arcada inferior y por ende, tus dientes frontales de arriba y abajo nunca coinciden. La ortodoncia tiene soluciones limitadas en estos casos, porque se deben a cuestiones óseas.
Submordida. También llamada prognatismo, esta mordida es causada por una arcada inferior que sobrepasa la superior, teniendo como resultado que los dientes frontales de arriba y abajo no se empaten. Para estos casos, son necesarios expansores en el maxilar superior, o bien, máscaras faciales que rodean la cabeza y aplican presión en el maxilar inferior para colocarla en su sitio correcto.
Mordida cruzada. Tus dientes superiores están por detrás de los dientes inferiores, pero además tu paladar se estrecha. La fuerza de la mordida se distribuye de manera inadecuada, lo que vulnera no sólo las piezas dentales, sino también tejidos blandos.
Apiñamiento. Se da si tus encías no tienen el tamaño o espacio apropiado para contener todas tus piezas dentales, de modo que los dientes se amontonan e incluso tuercen para ceder espacio a los demás. Genera inflamaciones de encía (enfermedades periodontales).
Respecto a los padecimientos relacionados más comunes, fits Smile hizo una investigación en la que encontró que en México, de las personas que no se sienten cómodas con el aspecto de su sonrisa, 77% es por la posición de sus dientes, 13% por la mordida y 10% por los espacios entre piezas dentales.
“También hay que considerar que en algunos casos, los dientes pueden estar derechos, pero la mandíbula superior y la inferior no encajan correctamente, así que es necesario hacer radiografías y escaneos para determinar con exactitud los defectos al morder y cómo solucionarlos” destaca Manuel Dulitzky, cofundador de la firma de alineadores invisibles.
Finalmente, es importante que sepas que tener una mordedura deficiente y no corregirla te expone a múltiples padecimientos de salud bucal como: caries, enfermedades periodontales, pérdida de piezas dentales, de esmalte dental, apnea del sueño, problemas de articulación mandibular y hasta modificación en la expresión facial, así que ¡diagnostícate!