Motivación: la importancia de establecer objetivos

El establecimiento de objetivos va acorde a la motivación que tengamos al momento de realizar cualquier tipo de actividad; el establecimiento de sub-metas nos permiten continuar con la motivación rumbo a ese propósito.
Algunas veces nos hemos sentido muy «motivados» para empezar a realizar una actividad física, ir a entrenar, empezar un nuevo proyecto, comenzar una dieta, etc. Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo comenzamos a desistir o vamos perdiendo esa «motivación» por la que empezamos.
Antes que nada, ¿Qué es la motivación? ¿ Por qué es tan importante para que concluya mi meta? ¿Cómo puedo mantenerla?
Muchas personas entienden la motivación  como algún tipo de «cosa» dentro de nosotros que causa nuestras acciones. De modo consecuente con este punto de vista tradicional, el diccionario Webster´s define «motivo» como «algún impulso interno que causa que una persona actúe de cierta forma».
No obstante, esta definición tienen dos limitaciones prácticas, en primer lugar la sugerencia de que la causa de la conducta está dentro de nosotros podría influir en ciertos entrenadores a culpar a sus deportistas por un rendimiento inferior (por ejemplo, «simplemente no estuvieron motivados») en vez de examinar los principios para cambiar una conducta. En segundo término, podría llevar a algunos deportistas a culparse a si mismos por el rendimiento deportivo inferior, en vez de examinar las posibles estrategias de automanejo para mejorar su rendimiento.
Desde el punto de vista deportivo, la motivación significa INFLUIR en las personas para comportarse de varias formas, ésta perspectiva implica que las estrategias motivacionales se encuentran en el ambiente concerniente a la conducta y no dentro de la persona.
El establecimiento de objetivos, es una de las varias estrategias que influyen de manera directa sobre nuestra motivación, por que:

  • Dirigen la atención y la acción. Perseguir un objetivo cercano y concreto nos permite centrar nuestra atención en lo que debemos hacer en ese momento.
  • Dotan de perspectiva y sentido a lo que se hace, prolongando el esfuerzo en el tiempo para ir alcanzando cada una de las metas propuestas hasta llegar al objetivo final. Nos permiten entender por qué debemos hacer una tarea determinada en ese momento.
  • Movilizan la energía y aumentan el esfuerzo. Hacen que afrontemos con más ganas lo que hacemos, pues nos recuerdan qué es lo que queremos y qué tenemos que hacer para conseguirlo.

¿Cómo debo establecer mis objetivos?

  • Retos realizables: Debemos plantearnos objetivos que nos supongan un reto y satisfacción para que no lo veamos como una obligación, y al mismo tiempo deben ir en consecuencia a nuestras posibilidades, ya que si son demasiado exigentes y superan nuestra capacidad nos frustraremos al no poder alcanzarlos. Debemos tomar en cuenta nuestro estado físico, habilidades y destrezas, recursos materiales, etc.
  • Concretos: Tenemos que especificar al máximo lo que queremos conseguir. Un objetivo del tipo “ser más rápido”, no es adecuado, debemos preguntarnos “¿cuánto más rápido quiero ser?” y formular nuestro objetivo de forma específica, por ejemplo, “correr 100 metros en 10 segundos”.
  • Temporalizados: Para conseguir nuestra meta final es necesario trazar un plan que especifique sub-metas a corto y a largo plazo, a lo largo de una línea temporal que nos dirija hacia nuestra meta final. Por ejemplo, «mi meta es correr un maratón», pero debo concretar otras sub-metas para concluir mi meta final, como asistir a mis entrenamientos, cumplir con los tiempos de cada entrenamiento, mejorar mi alimentación». Mi meta es comer menos grasas saturadas , mi sub-meta podría ser cambiar la mayonesa por aguacate en algún tipo de alimento.
  • En términos positivos: Debemos reconstruir las frases negativas en su forma positiva. “Sólo un km más», «Ya estamos por llegar» «Soy rápido» , es mucho mejor que “No puedo más» , «Ya me cansé”, «El otro va más rápido».
  • Controlables: La consecución o no de nuestro objetivo sólo debe depender de nosotros mismos. “Ganar la carrera” no es un objetivo controlable, pues depende también de nuestros adversarios, pero “Mejorar mi marca en 0.15” depende únicamente de mí.

Es importante someter el proceso a una continua evaluación para comprobar si los objetivos se están cumpliendo o no, y poder realizar las modificaciones necesarias. Por último, es de vital importancia especificar hacia dónde se quiere dirigir y qué se quiere conseguir, para que el nivel de compromiso sea coherente.
El establecimiento de objetivos es una estrategia fácil de realizar por nosotros mismos, o si tienes un entrenador verifica que tus objetivos sean los mismos para evitar algún tipo de conflicto.
Si te gustaría saber o mejorar en un tema en específico, escribe tus sugerencias en los comentarios para tomarlo en cuenta para mis siguientes colaboraciones.

Por Madelin Torres
Lic. en Psicología del IPN
Diplomado en “Psicologia del Deporte” en la UNAM
madelints@outlook.es

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